Cómo Limpiar la cocina a fondo | paso a paso

Ya sea porque tienes más tiempo para hacerlo o, simplemente porque toca, ha llegado el momento de limpiar tu cocina. Puede parecernos una tarea tediosa, pero si la organizamos bien, no tiene porqué llevarnos demasiado tiempo.

Tener tu casa organizada y limpia, en concreto la cocina, te ayudará a tener un mayor control de las situaciones y a no estresarte por pequeñas tonterías.

¿Qué tener en cuenta para limpiar una cocina muy sucia?

Además de encontrar las fuerzas para hacer la limpieza a fondo, debes asegurarte de que todo esté a punto. Y no hablamos solo de guantes y esponja. También de los productos adecuados (no es lo mismo una encimera de madera, que de piedra natural o de azulejo), del tiempo necesario y la temperatura adecuada (evita los días de mucho calor). Prepara también tu playlist preferida y ropa adecuada para estar cómodo y no te preocupes por mancharte.

¿Todo a punto? Pues empecemos.

Intenta que tu cocina sea amplia y disponga de muebles lisos

En los pisos de nueva construcción en Madrid o en cualquier otra gran ciudad, disponer de una cocina amplia es un requisito indispensable.

Las cocinas de estas características ganan en amplitud, luminosidad y en espacios abiertos. Permiten disfrutar de cocinar en compañía y ofrecen mayor visibilidad. Pero si acabas de cocinar y no te apetece recoger, vas a tener presente el desorden en todo momento y puedes pasar algún apuro si llegan visitas inesperadas.

Por eso, en las viviendas de Skyline en Madrid se ha optado por muebles con gran capacidad y lisos, sin recovecos, que se puedan limpiar diariamente con un paño húmedo, quedando perfectos. Además, no tienen azulejos con juntas, lo que facilita mucho su limpieza.

Empieza limpiando la cocina de dentro a fuera

Empieza sacando lo que tienes en el interior de los muebles. Pero tampoco hay que volverse loco, si lo sacas todo a la vez, es muy probable que te acabes agobiando. Así que márcate un orden.

Por ejemplo, empieza por los armarios en los que tienes alimentos almacenados. Revisa botes, latas, tetrabricks… debes deshacerte de todo lo que esté caducado, vacío o lo que no uses (si lleva allí meses sin abrir, es que no forma parte de tu menú). Limpia el interior del armario o cajón con productos no agresivos y, una vez esté seco, vuelve a colocarlo todo: en el fondo, los productos con una fecha de caducidad más larga. Y a mano los que deben consumirse antes y los que usas habitualmente.

Después, pasa a los cajones caceroleros. Límpialos con un buen quitagrasas y usa un protector antideslizante en el fondo. La zona de la vajilla y la cristalería es la más sencilla. Para los interiores de estos muebles usa un producto neutro, mejor si es natural y sin aromas.

Una vez tengas todos los interiores limpios y ordenados, es el momento de los azulejos y paredes, de las ventanas y los electrodomésticos. después, el exterior de los muebles. Usa productos adecuados, no agresivos, pero que eliminen la grasa. Después, sécalos para que no queden marcas. Llega el momento de ventanas y encimera. Para los cristales usa agua y jabón quitagrasas, que enjuagarás con abundante agua. En cuanto a la encimera, dependerá del material. Para no arriesgarte, usa agua, jabón neutro y una esponja. Deja para el final la limpieza del suelo.

Aprovecha para organizar muebles y cajones

Es bueno tener un armario cerca de los fogones donde guardar la sal, el aceite, el vinagre, las especias…, es decir, todo aquello que usas habitualmente para cocinar.

El armario que hay bajo el fregadero es ideal para tener los cubos de orgánico y resto. Pero, además, puedes organizarlo de manera que tengas fregonas, bayetas, bolsas… en vertical, sin que te ocupen espacio.

Existen muchas soluciones ingeniosas para organizar las cazuelas y las sartenes. Quizás la más práctica es poner las tapas en vertical y por tamaños y usar protectores para que las sartenes no se rallen. Pero ten siempre a mano las de uso diario y evitarás tener que limpiar más de la cuenta. Es bueno tener los platos y bandejas organizados, en vertical u horizontal, por tamaños, teniendo siempre más a mano los que más usas. En cuanto a los utensilios para cocinar (espumadera, varillas, etc.), ten en un cajón los menos usados y en una barra en la pared o en la encimera los de cada día.

Mantén los electrodomésticos de la cocina siempre limpios

El día de la limpieza a fondo vas a darle un buen repaso, pero es importante mantener los electrodomésticos siempre limpios, sobre todo por dentro, si queremos sacarles el mejor rendimiento. Si son de acero inoxidable, es mejor pasarles un paño húmedo y secarlo a diario o cada dos días, especialmente si tu cocina es abierta.

  • Vitrocerámica: Es importante limpiarla a diario con agua, una esponja suave y jabón neutro y cada poco tiempo con una rasqueta y un producto adecuado. Dedícale cariño y te durará muchos años.
  • Lavavajillas: Aunque creamos que al lavar los platos ya se limpia por dentro, el lavavajillas también necesita un buen repaso. Limpia los filtros de restos de comida y usa un limpiador de lavavajillas una vez al mes.
  • Nevera: Igual que con los armarios, sácalo todo. Revisa los alimentos y descarta los caducados. Limpia el interior con un jabón neutro y no te dejes ningún rincón. Una vez seco, organiza los alimentos según la temperatura que necesiten para su conservación. Esto es, la verdura y la fruta en los cajones, en la zona justo encima (la más fría) colocar las carnes y pescados crudos, alimentos más perecederos o para descongelar. En los estantes superiores (zona fría) los lácteos, embutidos, platos precocinados… En la puerta (la zona menos fría) las bebidas y productos que no requieran mucho frío como las salsas comerciales.
  • Microondas: no esperes mucho tiempo a limpiarlos, se acumulan olores que afectarán a la comida que pongas dentro. Limpiarlo es muy sencillo: pon un bol con agua, una taza de vinagre blanco y el zumo de un limón, a máxima potencia durante 5 minutos y después pasar un paño limpio y seco.
  • Horno: también es importante ir realizando un mantenimiento (y no solo del exterior) a medida que lo vamos usando. Así evitarás pasarte un buen rato limpiando su interior. Existen productos específicos para el interior del horno, pero si quieres un remedio más casero e igual de efectivo, haz una mezcla de bicarbonato sodio y vinagre y rocíalo por su interior. Deja que repose diez o quince minutos y procede a eliminar cualquier rastro de suciedad.
  • Extractor: Limpia los filtros una vez por semana con productos desengrasantes. Para el exterior usa uno no agresivo, especialmente si es de acero inoxidable. Si es así, existen productos adecuados para que brillen como el primer día.

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