¿Cómo los niños pueden colaborar en las tareas del hogar?

Implicar a los más pequeños en las tareas del hogar no es una decisión banal como otras que tomamos a lo largo de nuestra vida: decidir que nuestros hijos deben ser responsables del orden en su habitación, de sus propios enseres, de ellos mismos, etc. implica educarlos en la independencia y favorecer su desarrollo social.

¿Qué aspectos pueden ayudar a que la colaboración infantil en casa mejore

Formación con un buen modelo educativo

Existen diferentes modelos educativos por los que unos padres, primerizos o no, pueden optar, pero es importante que el niño tome un papel activo, porque relegarlo a la pasividad y que sean los adultos los que asuman el control de todo no significa quererlos y cuidarlos más; al contrario, sin darnos cuenta estaremos criando pequeños dictadores que en un futuro no muy lejano ni sabrán freírse un huevo.

Dar responsabilidad a los niños en las tareas domésticas

Modelos educativos como el propuesto a finales del siglo XIX y principios del XX por la pedagoga italiana María Montessori no desmerecen al niño por el mero hecho de no ser un adulto. Es errónea la asociación infancia-incompetencia, los padres deben ver a sus críos como seres potencialmente autónomos a los que hay que ir guiando poco a poco y con mucha paciencia. Pensar que como tan solo tiene tres años no puede desvestirse solo, servirse un vaso de agua o recoger sus juguetes es, en realidad, un pensamiento que está invalidando su potencial y lo está enseñando a vivir en la inutilidad. ¡Flaco favor le hacemos a nuestro hijo si todo se lo hacemos nosotros! Mejor es aquella fórmula del “ayúdame a hacerlo solo”, porque, aunque al principio la cama no quede con las sábanas totalmente estiradas, un niño de 7 años puede ir tomando esta responsabilidad y poco a poco, con la práctica, ya mejorará.     

Adaptar las tareas a su nivel de desarrollo

Ser un niño, por lo tanto, no implica ser incompetente, ni ineficaz, ni inepto por el mero hecho de tener una corta edad, sino que la ciencia ha demostrado cómo los más pequeños, en realidad, gozan de diferentes períodos sensibles, hasta los seis años aproximadamente, en los que sus mentes son esponjas que van absorbiendo inconscientemente conocimiento. Pero en realidad la comparación se queda corta, porque mientras que las esponjas tienen una capacidad de absorción finita, la mente de los niños no tiene fin por lo que es importante exprimir al máximo estos primeros años que después marcarán su devenir. 

Todo ello, no obstante, debemos hacerlo adaptándonos al nivel de desarrollo de nuestro hijo y esta línea suele determinarla, en mayor o menor grado, la edad, aunque no debemos olvidar que cada niño es único y sigue su propia línea de aprendizaje a la que el adulto debe adaptarse sin imponer su voluntad. 

¿En qué puede colaborar un niño en casa?

De acuerdo con unas horquillas temporales que serán más o menos laxas a la luz del desarrollo de nuestro hijo, los más pequeños de la casa pueden involucrarse en las tareas del hogar desde edades muy tempranas:

  • Hasta los tres años: no hay que desmerecer estos tiernos primeros años de vida. Son pequeños, sí, pero no por ello debemos invalidar lo que pueden llegar a hacer. Comer solitos, llevar la ropa limpia a su habitación y, cuando esté sucia, colocarla en el cesto u organizar sus juguetes son tareas adecuadas a su edad que nuestros hijos pueden hacer y son, además, muy beneficiosas para desarrollar sus habilidades motoras porque fomentan la coordinación ojo-mano y la sujeción de objetos. Eso sí, ¡ármate de paciencia! El espacio donde coman terminará con más comida en el suelo que en su estómago, pero es importante que no desistas y que les dejes hacer.
  • A medida que vayan creciendo, también lo hará su implicación en el hogar. Hasta los seis años, a nuestros pequeños podemos exigirles que se vistan solitos, que se responsabilicen de la mascota de la familia y que se encarguen de darle de comer y de beber, y, por supuesto, pueden poner y quitar la mesa antes de cada comida. Para esta última tarea es importante que la vajilla de la cocina se guarde en cajones a los que los niños puedan acceder. Una distribución del mobiliario muy Montessori que fomenta la autonomía de nuestros hijos al sentirse útiles y válidos como sus papás
  • Y, para terminar, hasta que lleguen a la adolescencia y las rutinas y los hábitos cambien y aumenten, nuestros más pequeños de hasta diez años deben haber aprendido ya a asearse solitos, a organizar su mochila del colegio y su espacio de trabajo en su habitación (el escritorio, las cajoneras, etc.) e incluso podemos involucrarlos en tareas del hogar algo más complejas como quitar el polvo del comedor una vez a la semana o regar las plantas del balcón cada quince días. 

En definitiva, toda una serie de hábitos y de pequeños quehaceres que sumados a lo largo de su infancia harán de ellos unos jóvenes comprometidos, responsables y muy seguros de sí mismo si cada vez que realizaban una tarea los premiábamos con refuerzo positivo, tan importante siempre para mantenerlos motivados y para que no abandonen ante el primer intento fallido.

Como ves, vivir en Madrid con niños o en cualquier otra ciudad es toda una responsabilidad. En gran medida la educación será fundamental para que puedan desarrollarse en un ambiente que favorezca su colaboración en las tareas del hogar.

Compartir:

Facebook
Twitter
Pinterest
LinkedIn