Inspección Técnica Edificio (ITE) | Qué debes tener en cuenta

Al abordar esta cuestión, son muchas las dudas que nos pueden surgir, de modo que a continuación resolvemos algunos de los interrogantes más frecuentes sobre las Inspecciones Técnicas de un Edificio o también conocida por sus siglas como ITE. En primer lugar, debemos tener claro que el objetivo de una ITE es verificar el buen estado de un edificio y confirmar que cumple con las condiciones necesarias para ser utilizado, ya sea como vivienda, como comercio o lo que sea. Pero más alla de esto, respondamos a cuestiones más concretas.

¿En qué consiste una ITE?

Se trata de un examen técnico que evalúa la construcción de un inmueble para determinar si está bien conservado, si tiene una buena accesabilidad y para valorar su certificación energética de vivienda. Es una evaluación a la que se someten edificios de una cierta antigüedad, aunque hay algo de flexibilidad en dicha antigüedad en función del municipio.

¿Cómo saber cuándo se necesita una inspección técnica del edificio?

Por norma general, cuando el inmueble residencial se encuentra en un municipio de más de 25.000 habitantes y cumple un máximo de 50 años, debe llevarse a cabo esta inspección y repetirse cada 10 años. No obstante, cada comunidad autónoma puede modificar estos términos, porque las condiciones climatológicas de cada territorio son un factor muy determinante en el deterioro de un edificio.

¿Quién se encarga de realizar una ITE?

Acostumbra a ser competencia y responsabilidad de los arquitectos llevar a cabo este tipo de revisión, aunque también pueden hacerlo ingenieros, aparejadores u otros especialistas titulados. Sea como fuere, la persona a quien se le asigne este encargo tiene que visitar el edificio y hacer la inspección. Esta consiste, entre otras cosas, en revisar a simple vista si hay daños estructurales, revisar también las condiciones sanitarias del edificio, la seguridad y la accesibilidad y emitir un informe donde quede toda esa información recogida. 

¿Cuánto cuesta la ITE?

A diferencia de otro tipo de inspecciones, la ITE no tiene un precio fijo, estándar, sino que fluctúa en función de las dimensiones del edificio, los materiales, la cantidad de zonas que requieran inspección,… El precio acostumbra a fijarse por vivienda y, meramente como referencia, podemos decir que ronda aproximadamente unos 40 o 60 euros por vivienda o local. Sin embargo, como comentábamos, el precio depende mucho de las tarifas del técnico contratado, porque se fija libremente.

¿Qué sucede si el informe es desfavorable?

Un informe negativo implica especificar todos aquellos problemas que tenga un edificio y qué reformas deben realizarse para corregirlos.

¿Y quién se hace cargo del importe y el proceso de contratación para hacer esas reformas? Los propietarios del edificio. Una ventaja en el caso de que se dé esta situación negativa es que es frecuente ahorrarse la solicitud de licencia de obras porque un informe negativo de una ITE tiende a acarrear la visita de la inspección, la cual ordena que se lleven a cabo dichas reformas. Hay que ver el vaso medio lleno, ¿no?

También es importante tener en cuenta que el grado de deficiencia del informe puede variar, dado que no es lo mismo que se trate de algo leve (que simplemente requiera una labor de mantenimiento preventiva) que se trate de algo importante o grave como algún defecto que afecta a la estabilidad del edificio o que suponga un riesgo para la seguridad de sus usuarios. 

¿Qué pasa si no se lleva a cabo la ITE?

Incumplir esta obligación marcada por la ley tiene como consecuencia el pago de una multa y sanciones, que varían dependiendo de la ordenanza municipal del territorio. Más allá del dinero, es importante recordar que las consecuencias no solo son económicas, sino que, pero aún, pueden llegar a afectar a las personas que residen o trabajan en ese edificio en mal estado. Puede existir un riesgo de inundación o falta de protección ante un incendio, por poner solo dos ejemplos.

Conclusiones

En resumen, podemos asegurar que es un paso que debe tomarse muy en serio y con responsabilidad. Si hay desperfectos que tienen arreglo, es mejor detectarlos a tiempo y ponerle solución que luego tener que lamentarse.

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