ENTREVISTAMOS A JOAN PASCUAL: ARQUITECTO DE ENRIC GRANADOS

El desarrollo de la promoción se ha diseñado manteniendo la fachada original y da lugar a viviendas exclusivas en el Eixample de Barcelona.

 

Por todos es sabido que Barcelona cuenta con muchos barrios emblemáticos, pero lo que caracteriza al Eixample (uno de ellos) no solamente son sus pequeños comercios, sus restaurantes o galerías de arte. Lo que caracteriza a este barrio y a la calle Enric Granados, más concretamente, es que se trata de una calle privilegiada y codiciada del centro de la ciudad.

En ella se encuentra la promoción Enric Granados 52, que Stoneweg está construyendo junto a Castellví. Un proyecto apasionante en un barrio bien comunicado, rodeado de bares y restaurantes haciendo que las calles se vuelvan las más activas y vibrantes de la zona. Los encargados de llevar a cabo este proyecto son Pascual- Ausió Arquitectes de Barcelona.

En una entrevista con Joan Pascual, el director del despacho de arquitectos, nos contaba cómo está siendo el diseño y la construcción de este proyecto de obra semi-nueva, ya que cuenta con una característica que lo hacen diferente al resto de promociones:  la fachada se mantendrá intacta.

Esto se debe, y como bien lo explica el arquitecto, “el edificio Enric Granados 52 es una construcción de 1877 aproximadamente, siendo uno de los primeros que se construyeron en el ensanche del Cerdá”. Hay que “percibir esta historicidad del elemento es lo que se les aconseja a los arquitectos, a los servicios municipales, como a la misma propiedad que es la responsable del proyecto directo” añadía, “comprender esa pertenencia a esta calle, a este conjunto de edificios, a ese pedazo de la ciudad” y por ello, se decide mantener la fachada.

Además, nos contaba que el edificio se encuentra en buenas condiciones de seguridad, estructurales, constructivas por lo que es recuperable y se puede plantear una nueva estructura de un nuevo edificio por la parte posterior. De esta manera, se adaptará éste a la fachada ya existente.

Después de conocer la importancia de la parte frontal del edificio, lo siguiente que nos explicó Joan Pascual, es cómo está desarrollado el interior del inmueble. Por ello, el edificio recoge de su ubicación los aspectos que son más característicos del ensanche y son los que se tomaron en cuenta a la hora de diseñar el interior.

Cada una de las plantas cuenta con dos viviendas que dan a la calle y en la parte posterior está la zona de los dormitorios, que dan al patio de la manzana. Así es como se han desarrollado las cinco viviendas, siendo la última de ellas un ático que da al otro lado de la fachada, de esta forma no se varía la altura del edificio ya existente.

Lo que se ha hecho es que en lugar de sobrepasar la fachada añadiendo una planta más, se mantiene como está y se tira hacia atrás, de esta manera se le vuele hacer protagonista, y así, se consiguen una o dos viviendas en ático.

Una de las características que tienen todos los inmuebles que cuentan con dos dormitorios, de grandes dimensiones y se intenta tener el máximo de espacios diáfanos.

No obstante, una de las mayores dificultades a las que se han tenido que enfrentar a la hora de realizar este proyecto ha sido el de “compartir con alguien que muchos años atrás empezó un trabajo y hacerlo de manera que estuviese emocionado de ver como se ha respetado su diseño inicial” comentaba el arquitecto. Añade que ellos simplemente se han limitado a darle una continuidad.

Joan Pascual nos cuenta que este tipo de trabajos “no son tanto técnicos, sino que son más un tema emotivo y de la memoria, del recuerdo y del respeto a alguien que nos ha precedido y que ahora dentro de su arquitectura se está conteniendo todo lo que el autor intentó llevar a cabo con esa obra”.

 

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